Mi amigo Javier ha sometido a su local italiano de Pozuelo a una renovación decorativa que si bien no era imprescindible ha supuesto un soplo de aire fresco para disfrutar aún más de su elaborada cocina. Ahora se disfruta de un mobiliario mucho más moderno, un ambiente más recogido y unos cuadros que me han encantado, enmarcados con mucho estilo, y todo manteniendo la misma calidez que la piedra de su barra y la madera que se extiende con profusión por el restaurante transmiten. Pero lo mejor sigue estando en las viandas. Y tengo que decirlo su salmorejo, si han oído bien, aunque se trate de un gran italiano tienen una pizza andaluza que va con jamón y salmorejo, es un verdadero espectáculo, de los mejores que he probado, y para los que somos clientes habituales todavía te lo pueden servir en plato hondo con las perlas de mozzarella con las que me encandilaron.
Y es que esta pizzería no pierde la calidad a unos precios que siguen siendo prudentes. Ellos recomiendan su pizza de la casa (con bacalao ahumado, morcilla y piñones), pero insisto en que su especialidad está en esas descaradas y originales pizzas que se podrían llamar autonómicas: la mencionada andaluza, la gallega, la catalana, la cántabra, la mallorquina… todas muy logradas y sorprendentes. La carta por supuesto no se queda ahí, las pastas son más que adecuadas, como los espaguetis con bottarga, los platos fríos no desentonan (excelente carpaccio de salmón y pepino, buen steak tartare con tomate y pistacho al que sólo le falta un poco de picante para aligerarlo) y en los postres el tiramisù cumple con sobrada dignidad. La puntilla es una inteligente selección de vinos italianos más allá del chianti de carril y el lambrusco.
Vía de las Dos Castillas, 9. Pozuelo de Alarcón
Telf: 91 352 94 55
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